El historiador británico Richard Cockett describe en Viena todo aquello que le debe el mundo moderno a la capital austriaca. Los emigrados y exiliados tendrían un papel fundamental en la difusión de sus logros.
Hubo una Viena dorada. Hubo una Viena negra. Hubo una Viena roja. Tres realidades que confluyeron en poco más de un siglo en “la ciudad de las ideas que creó el mundo moderno”, como reza el subtítulo del último ensayo de Richard Cockett.
Profundo conocedor de la obra de Carl E. Schorske, la lupa de Cockett trasciende el brillante fin-de-siècle vienés, que tan bien reflejó el primero, y ofrece un cuadro completo en el que no omite los claroscuros, llegando a nuestros días. A partir de las contradicciones que experimentó Viena, de su talante creativo y del destructivo, el autor expone su tesis: “Sostener que una capital europea a orillas del Danubio prendió la chispa de la mayoría de la vida intelectual y cultural del siglo XX puede sonar extravagante hasta lo absurdo, y, sin embargo, es esa la llama que ilumina todo este libro”...
Luis Fernández-Galiano en la Fundación Juan March. Viena 1900-1918: Wagner, Freud, Klimt
La Vanguardia: Cuando Viena fue la ciudad de las ideas