
La intensa revisión crítica que se ha producido en la arquitectura durante las últimas dos décadas —un periodo en el que se han afianzado paradigmas como el respeto al medio ambiente, el ahorro de energía o la atención a la sostenibilidad— ha contribuido de forma decisiva a la recuperación de materiales, métodos y procedimientos técnicos relacionados con la tradición. En este contexto han ganado importancia el estudio y la aplicación de los procesos que emplean la tierra cruda —ya sea apisonada, moldeada o amasada—, no solo en términos meramente teóricos o experimentales, sino también con un verdadero alcance práctico. Así, a esta recuperación de técnicas heredadas de la arquitectura tradicional (morteros y revocos de barro, encestados, fábricas de adobe, muros de tapial, entramados, bahareque, quincha, etc.) se han sumado procedimientos contemporáneos de prefabricación e industrialización, como los sistemas de encofrados continuos, los bloques de tierra comprimida o el superadobe, que contribuyen a la vigencia de la tierra como material de construcción...[+]