China, experiencias locales
Materiales del futuro
Contemplado desde Occidente, todo lo que no sea ‘Occidente’ parece exótico. En especial, China, que fue primero el exótico Imperio de los mandarines, luego el exótico país de los soviets orientales, y hoy la cuna de un capitalismo exótico que aúna el libre mercado con el autoritarismo. También el arquitecto de Occidente tiende a contemplar la arquitectura china desde parámetros de exotismo: el exotismo de las pagodas; el exotismo oriental-estalinista de la plaza de Tiananmen; y el exotismo de un proceso de urbanización simbolizado por los rascacielos de acero y vidrio que han brotado a cientos en las principales urbes del país.
Por supuesto, la China real es distinta. En ella hay muchas realidades que desbordan el mero exotismo. Como la de los arquitectos que se resisten a la construcción corporativa impuesta en todos los rincones del país. Arquitectos que se inspiran en la tradición china, pero que intentan trascender el peso de lo vernáculo utilizando un lenguaje que es, sin concesiones, moderno. Su objetivo es sensato y ambicioso: hacer que la arquitectura contemporánea en China deje de ser una excepción y se convierta en ‘normal’, es decir, en parangonable a las de otras culturas que asumieron hace tiempo la modernidad. Así lo sugieren las siete obras de distinta condición que presentamos en las páginas que siguen, cada una de ellas definidas por el uso de un material predominante.