La escasez de materiales y los altos precios de los carburantes han disparado el precio de metales y maderas y, con ellos, el de las reformas. A pesar de que en algunos casos la factura ha aumentado hasta un 45%, la subida del precio de la luz no es el único problema al que se enfrentan muchos pequeños empresarios. Según denuncian autónomos, asociaciones y clientes, el alto precio de los materiales ha hecho que se dispare también el de las reformas en un momento en el que la demanda sigue aumentando, lo que hace que los presupuestos queden obsoletos en cuestión de semanas.
A los pocos materiales disponibles se les suma el alto precio de los carburantes, que encarecen el transporte de los contenedores desde su país de origen hasta en un 1.000%; de 1.800 euros a 18.000. La situación es, en cierto modo, una tormenta perfecta que ha sido avivada por los vientos de la pandemia. Y no únicamente por haber trastocado todos los mercados internacionales, sino también porque ha hecho que la gente se plantee la necesidad de hacer reformas. Muchos no han soportado pasar un año encerrados en casa viendo el gotelé...