Opinión 

Arquitectura y política en la era de Reagan

Del posmoderno a la deconstrucción

Opinión 

Arquitectura y política en la era de Reagan

Del posmoderno a la deconstrucción

Mary McLeod 
31/10/1989


Michael Graves, Biblioteca de San Juan de Capistrano, California, 1980

«La arquitectura posmoderna es la arquitectura del reaganismo». Entre muchos arquitectos y críticos izquierdistas, este tipo de afirmación se ha convertido en un tópico. La nostalgia pseudohistórica, las tradiciones inventadas, el galanteo con una clientela de nuevos ricos, la retórica populista que con frecuencia suena más paternalista que democrática, el abandono de toda visión social, todos estos hechos parecen relacionarse de alguna manera con el giro que ha experimentado la política norteamericana. Por otro lado, los críticos neoconservadores Daniel Bell y Hilton Kramer han atacado vehementemente la corriente posmoderna desde su propia perspectiva, argumentando que socava la estabilidad social y los valores espirituales fundamentales. Este ataque desde frentes tan dispares revela inmediatamente las dificultades para establecer una simple equivalencia entre lo posmoderno y una postura política determinada. La relación entre estilo e ideología ha sido siempre compleja, pero en el caso del movimiento posmoderno está compuesta, primero, por la confusión que rodea a lo que es dicha corriente, y, segundo, por el ciclo de consumo cada vez más acelerado que parece hacer cambiar el significado político con creciente rapidez, suscitando aún más cuestiones fundamentales sobre la naturaleza del poder político de la arquitectura...[+]


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