(1924-2003)
El día antes de su muerte, el 9 de abril, víctima de una dolencia cardiaca, Abraham Zabludovsky entregó el proyecto de ejecución del Museo del Niño en Villahermosa, cumpliendo así el deseo que siempre tuvo de seguir en activo hasta el último día. Nacido en Polonia, Zabludovsky ha sido un referente para la arquitectura de la segunda mitad de siglo XX en su país de adopción, México: como constructor (y ocasional promotor) de un importante corpus de viviendas racionalistas —desde casas a conjuntos habitacionales— y como intérprete de la herencia moderna a la luz del pasado precolombino. Junto con su colega y amigo, Teodoro González de León, con el que trabajó asociado a partir de los años sesenta, Zabludovsky acuñó una ‘nueva’ monumen-talidad mexicana en edificios públicos y corporati-vos tales como la embajada de México en Brasilia (1973), la sede central de Infonavit (1974), el Colegio de México (1975) o el Museo Tamayo (1981). El Premio Nacional de las Artes (1982), la medalla de oro en la Bienal Mundial de Arquitectura (1991) y el premio emérito de la Sociedad Mexicana de Arquitectos son algunos de los galardones que recibió a lo largo de su fructífera y coherente trayectoria.