El singular paisaje invernal de Harbin —la ciudad más importante del norte de China— ha inspirado la propuesta del estudio pequinés MAD para el nuevo museo de esculturas chinas de madera. La piel del edificio adopta la forma orgánica de un fluido congelado, envolviendo dos grandes salas expositivas conectadas por un atrio que, a modo de grieta, se abre al paisaje y al espacio público.