En un año aciago para la humanidad en general y para el mundo de la fotografía en particular, el pasado 29 de octubre también nos ha dejado Ezra Stoller, posiblemente el fotógrafo de arquitectura más famoso de todos los tiempos. Gracias a su indiscutible talento, a la inmejorable nómina de clientes y a la puesta en marcha de una formidable estructura para la distribución de su trabajo, Stoller ha encarnado para generaciones de arquitectos y colegas el paradigma del fotógrafo especializado en arquitectura. Al terminar su formación en la Universidad de Nueva York donde estudia Arquitectura y se gradúa en 1938 en Diseño Industrial, Stoller —nacido en Chicago en 1915— colabora con Paul Strand en el Office of Emergency Management antes de ser llamado a filas en 1942 para servir en el Army Signal Corps hasta el final de la guerra. Sus primeros reportajes profesionales datan de 1939 aunque él mismo sitúa en 1936 el despertar de su interés por la fotografía de arquitectura a raíz de un libro de Eugène Atget regalado por su futura esposa Helen en ocasión de su 21 cumpleaños. Pero a pesar de la admiración por la obra del francés, los sujetos que llaman la atención del joven Ezra Stoller no pueden estar más lejos, física y metafóricamente, de las pintorescas calles del viejo París. En sus placas de 8x10 pulgadas (20.32 x 25.40 centímetros) no están las decadentes fachadas o los ángulos bohemios que siguen ocupando a la mayoría de sus contemporáneos, sino los perfectos y relucientes ejemplos de una nueva arquitectura moderna que en esos años empieza a abrirse camino en Estados Unidos... [+]