«El concepto ‘cuarta dimensión = tiempo’ nace con la teoría de la relatividad, pero los racionalistas lo asimilan a través de la mediación reductiva de la pintura cubista. En cambio, Mendelsohn frecuenta a los físicos modernos: su texto inicial, la Torre de Einstein en Potsdam, antes que liberar un mensaje simbólico, es un observatorio rigurosamente calculado donde cada elemento... satisface exigencias concretas de la investigación espectroscópica sideral; superó la tempestad nazi, la II Guerra Mundial, el régimen comunista de la Alemania Oriental y, después de cincuenta años, sigue siendo utilizado con plena eficiencia. Interpretar su configuración lávica como el resultado de un gesto arbitrario significa renunciar a entender tanto su contenido como la imagen que se desprende de él. Una audacia a lo Miguel Ángel: sustrae los espacios al bloque, martilleándolo con titánica furia; retuerce, arremete contra él, lanza un grito al paisaje para anunciar una época generosa de la cual, a la distancia de treinta años, la capilla de Ronchamp evoca las ocasiones perdidas.»

Bruno Zevi, Historia de la arquitectura moderna, 1950[+]