«Lo que hace que el trabajo de Calatrava sea tan distinto del de cualquier otro arquitecto actual son, además del grado en el que sus estructuras implican movimiento, las múltiples maneras en que tales estructuras definen el propio significado de ese concepto. (...) Muchas de las acrobáticas proezas de las construcciones de Calatrava derivan, en nuestra opinión, del modo en que han unificado... dos conceptos, el momento pregnante en el arte y el momento crítico en la ingeniería. (...) Calatrava es el heredero del trabajo anticonvencional y anticonformista del Renacimiento. En el modo en que contienen, representan simbólicamente y encarnan efectivamente el movimiento, las construcciones de Calatrava resultan intranquilas y, como las cosas vivas, no pueden quedarse quietas... “Y sin embargo se mueve”: el eco de la famosa exclamación de Galileo, pronunciada ante los dogmáticos de su propia época, reverbera a lo largo y ancho de toda la obra desplegada de Calatrava.» 

Alexander Tzonis y Liane Lefaivre, ‘Y sin embargo se mueve’, AV 61 (1996).[+]