Situado cerca a la intersección entre la avenida Ciudad de Barcelona y la calle Doctor Esquerdo a su paso sobre las vías férreas de acceso a la capital por el sur, en dirección Atocha, el solar de la actuación se presenta como un vacío donde la ciudad pierde su carácter urbano debido a la influencia del ferrocarril y de la vía rápida elevada del suelo. La propuesta quiere ser un gesto espacial a modo de potente escultura que ponga en relación los elementos existentes obligados a convivir.

El potente tablero del viaducto, siempre visto a contraluz, comprime el espacio por efecto de gravedad y éste tiende a fluir por sus laterales, escapando de la presión virtual y uniendo los elementos urbanos que se asoman al vacío. La posibilidad de segregar el programa en dos cuerpos independientes permite descomponer el conjunto en un edificio principal y otro de servicios auxiliares. Se proyectan así dos volúmenes elementales que se levantan del suelo, evitando la interrupción del flujo espacial descrito.

El volumen del edificio auxiliar se concibe a modo de pantalla, proporcionando la debida protección frente a las contaminaciones acústicas y ambientales que produce la circulación rápida sobre el viaducto. Su escala se ajusta a las proporciones del paso elevado, su altura se limita a la estricta necesidad de formar la pantalla y su construcción se resuelve con el mismo lenguaje brutalista de hormigón empleado en las pilas y el tablero, completamente cerrado en su fachada poniente y diáfano hacia el espacio controlado que mira al edificio principal. Éste se plantea como un gran prisma de vidrio y acero, determinándose su forma con un lenguaje esencial y abstracto.

Por su parte, la idea de hacer flotar un gran volumen implica el protagonismo del concepto estructural: para liberar el plano del suelo, se forma una estructura puente, apoyada en dos núcleos de hormigón. La separación entre éstos es de 53 m, volando la estructura asimétricamente 28 m y 11 m respectivamente en cada uno de los extremos. Para materializar la diafanidad completa de la planta baja, las cuatro plantas de oficinas se cuelgan de dos vigas metálicas de gran canto y 2,6 tm cada una.

Una piel misteriosa, sutil mezcla de reflejos, transparencias, veladuras y opacidades, en continua transformación según la dirección e intensidad de la luz natural y de la posición del observador, ha sido construida con una combinación de vidrios translúcidos y transparentes y paneles galvanizados de trámex, formados por un mallazo electrosoldado de pletina redondo, que funciona como una veladura para tramar compositivamente la geometría total del prisma de acero suspendido... [+]