El portugués Paulo Afonso y la italiana Marta Maccaglia son los autores de este pabellón multifuncional en Mazaronkiari, un poblado de la etnia Nomatsiguenga, ubicado en el distrito de Pangoa, en el corazón de la selva peruana. La idea inicial fue construir un comedor escolar, convirtiéndose finalmente éste en un volumen versátil de 125 metros cuadrados, que funciona además como aula, auditorio y lugar de encuentro para la comunidad nativa. Una cubierta con aleros de zinc corrugado vuela sobre un amplio frontón y una estructura de madera, cuyas cerchas se extienden al exterior. Sobre una plataforma de cemento, el edificio alberga una cocina construida con ladrillos y una sala diáfana. Ésta está delimitada al exterior por secciones fragmentadas con listones y paneles móviles de colores, los cuales al girar 90 grados se convierten en mesas y crean grandes aperturas al paisaje circundante.