Rodeado por tres edificios nuevos y significativos (el ayuntamiento, la asamblea municipal y la ópera nacional), este Guggenheim oriental se concibe como una pieza lineal y alargada que se recorre de lado a lado y que sirve como nexo entre dos puntos extremos, designados por el planeamiento urbanístico como lugares clave. Gran parte de la organización espacial del museo se debe a esta decisión inicial. El movimiento, que queda reflejado en las formas estiradas, en las rampas fluidas y en el trasiego de ciudadanos y visitantes, constituye una metáfora omnipresente en todo el conjunto. Aunque el museo se puede recorrer indistintamente en ambos sentidos, cada una de las entradas se articula de manera diferente. La entrada que da a la vía del puerto ofrece una imagen afilada y urbana, materializada por un gran volumen en voladizo a modo de gigantesca marquesina; mientras que, el extremo opuesto, que da al futuro parque urbano, se caracteriza por una serie de rampas curvas que funden terreno y edificio en un basamento blando.

Con la intención de lograr un espacio mutable se el museo se equipará con una serie de grandes elementos que permitan modificar el espacio de exposiciones en función de las necesidades, algo así como la maquinaria teatral de un escenario... [+]