Desde la orilla del gran canal que vertebra la milenaria ciudad de Qingpu se divisa una iglesia que actúa como reclamo luminoso en la distancia. Su imagen de papiroflexia ligera y translúcida queda acentuada por la presencia de una lámina de agua que sirve para aislar el templo y para no romper la continuidad con las aguas del canal. La naturaleza formal del proyecto hace del pliegue su herramienta fundamental. La estructura se desdobla en dos sistemas distintos: el primero es una U de hormigón formada por costillas laterales de 2 y 4 metros que se pliegan para crear una serie de capillas laterales, y el segundo es una cubierta ligera —una ‘telaraña’— apoyada en dichas costillas.

El espacio unitario de la nave se comprime y dilata espacialmente por acción del pliegue, y se abre longitudinalmente a la luz difusa del norte y a las vistas del canal. En su lado sur un patio-jardín interior a modo de claustro sirve para organizar el centro cívico y social que cuenta con despachos, viviendas, comedor y salas de usos múltiples. El hormigón pétreo dorado, el vidrio serigrafiado con texturas vegetales y patrones chinos, el uso del agua, de la luz y de las sombras e incluso la introvertida disposición del jardín interior evocan aspectos simbólicos y estéticos de la cultura china... [+]