La estación situada junto al hospital Gustave Roussy, en la localidad de Villejuif, al sur de París, forma parte del Grand Paris Express que, con 200 kilómetros de líneas de metro y 68 nuevas estaciones, es actualmente uno de los mayores proyectos de infraestructura que se desarrollan en Europa.

La estación Villejuif-Gustave Roussy está ubicada a 50 metros bajo tierra. Realizada con hormigón, acero inoxidable y vidrio, se estructura alrededor de un eje central cilíndrico, que permite que la luz natural penetre en los niveles inferiores. Con un diámetro de 70 metros, el gran cilindro contiene un vacío de 30 metros en el interior, donde las superficies reflectantes y perforadas optimizan la distribución de la iluminación. Parte de la iniciativa artística más amplia del Grand Paris Express, la instalación del artista chileno Iván Navarro se integra en el conjunto con un cielo estrellado de luces de neón y espejos, generando un entorno visual envolvente.

La cubierta de la estación está compuesta por tres capas. Una circular transparente central protege de la lluvia y favorece la circulación lateral del aire exterior. Esta cubierta está formada por una viga periférica sobre la que se unen todos los tirantes y cables con el eje central, el óculo de la estación. Sobre los cables se extienden elementos de ETFE. Otras dos cubiertas, discos no concéntricos colocados a dos alturas diferentes, cubren la estación y se extienden sobre la plaza. Están compuestas por piezas de malla metálica en espiral, tensadas entre las vigas radiales.

La eficiencia energética y la sostenibilidad son fundamentales en el diseño de la estación. El uso de recursos naturales subterráneos regula las temperaturas internas, lo que reduce la necesidad de calefacción y refrigeración artificiales. Un sistema de ventilación mejora aún más la eficiencia energética. La selección de materiales respalda la resiliencia a largo plazo de la estación, con materiales de bajo mantenimiento que garantizan su durabilidad.