Un área de 20 kilómetros cuadrados en Karapınar, que se ha vuelto inadecuada para la agricultura pero que posee un importante potencial energético debido a su clima desértico, ha sido designada zona de especialización energética. La compañía turca Kalyon Energy ha establecido aquí una central de energía solar. El funcionamiento de la planta se gestiona a través del edificio de control de una sola planta, que se sitúa a 40 metros de los paneles solares existentes y en la misma dirección, en una zona que no proyecta sombras sobre los paneles.

Gracias a los altos niveles de reflectancia de las fachadas, el edificio se integra en la geografía que habita. En los días nublados, los límites se difuminan. Al caer la noche, se muestran los interiores y el patio. La fachada, formada por dos capas, está diseñada para minimizar la radiación. La piel secundaria, que protege de altas temperaturas, está formada por 7.200 paneles de acero inoxidable con cuatro niveles de transparencia diferentes.

El vestíbulo da la bienvenida a los visitantes con las vistas del patio. En contraste con la aridez del entorno, este patio alberga especies vegetales endémicas que requieren un riego y un mantenimiento mínimos. El patio determina las zonas de circulación y las jerarquías espaciales del edificio, al tiempo que separa las zonas privadas y comunes.