La sobriedad de los contenedores que alojan los grandes estudios cinematográficos suele contrastar con el derroche de fantasía e imaginación que se produce en su interior. La mayor parte de las veces, estos edificios son simples cajones diáfanos y ciegos que permiten la instalación de toda la parafernalia de ese mundo efímero que solo existe durante unas horas en la superficie de la pantalla. Pero, además de filmarlas, las películas han de ser archivadas y conservadas, y las construcciones destinadas a este fin son auténticas cajas fuertes que guardan en su interior un valioso tesoro.

Este es el caso del edificio que HHPJ han levantado para la compañía Paramount. En el solar existía un taller de pintura de escenarios y un cielo artificial que se usaba como telón de fondo. Los arquitectos han reconstruido este último y le han añadido un paralelepípedo de hormigón prácticamente cerrado que albergara los archivos de películas y cintas, así como varios laboratorios de montaje...[+]