Ahondar en la vida de los antepasados es un ejercicio que aúna el legítimo deseo de saber con el temor gozoso y un tanto impúdico de descubrir algo insospechado de nuestros mayores. Este libro, publicado con ocasión de la exposición homónima organizada en noviembre de 2009 por la londinense Architectural Association, tiene un poco de ambas cosas. First Works incluye obras de los inicios de veinte estudios —algunos, como Foster & Rogers, transformados en fulgurantes carreras en solitario—, que son al mismo tiempo documentos con valor arquitectónico en sí mismo y testimonios de una época de cambio: la de la crisis de la Modernidad. Los proyectos vienen precedidos de una breve memoria a cargo de sus autores, e incluyen comentarios de amigos y discípulos, como es el caso de la fábrica Diestre de Rafael Moneo —único español de la lista—, analizada por Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón.
Más allá de su valor como retrato generacional, algo forzado por la amplitud del marco temporal —las dos décadas comprendidas entre 1960 y 1979—, First Works destaca por su carácter, casi lúdico, de álbum familiar en el que intuir las futuras obsesiones de muchos de estos arquitectos. Imposible no reconocer el trabajo topográfico de las piscinas de Leça da Palmeira en obras posteriores de Siza, o el perfil naif de la Blue House en la producción última de Herzog & de Meuron. Y por si nada de todo esto fuera suficientemente atractivo para el lector, siempre queda maravillarse con las fotos de época de los protagonistas: como en los mejores álbumes familiares, seguir la moda del momento puede jugarnos malas pasadas.