En 1983, Ediciones Summa publicó Clorindo Testa, arquitecto y pintor, un libro de Jorge Glusberg que reunía las dos facetas creativas del maestro argentino y que conoció una puesta al día en 1999; y ahora, de manos del Instituto Holandés de Arquitectura, aparece Clorindo Testa, Architect. A diferencia de muchas de las actuales monografías de autor, en las que la presencia de éste llega a resultar abrumadora, Clorindo Testa (1923) ha sido un espectador distante, dejando que sean Manuel Cuadra, con Alfonso Corona, en los textos, y Hans-Jürgen Commerell con la fotografía los que aporten su visión del personaje y las obras. Y si este repaso a la trayectoria construida de Testa—desde el centro cívico de Santa Rosa (1956-1976) al Colegio de Escribanos (1997-1999), pasando por La Recoleta (1979- 1993)— contribuirá al mejor conocimiento de una figura clave de la modernidad latinoamericana, los que ya están familiarizados con ella volverán a admirar sus capolavori: el Banco de Londres (1955-1966) y la Biblioteca Nacional (1962-1995), dos hitos brutalistas de Buenos Aires que el paso del tiempo no ha convertido en reliquias ajadas.