Cuando se hace vieja, el destino de la arquitectura moderna suele ser la demolición. Así ha sido al menos hasta que se ha tomado conciencia no ya del valor del patrimonio legado por la modernidad, sino del mero hecho de que realmente se trataba de un ‘patrimonio’. El problema de la obsolescencia, sin embargo, tiene otra derivada, acaso más importante: cómo intervenir en los edificios modernos a los que se concede la gracia de una segunda vida, esto es, con qué criterios deben ser rehabilitados o restaurados.
Para el ámbito académico, esta cuestión suele ser prácticamente invisible: queda oculta bajo el espeso manto de la restauración del patrimonio histórico; para el profesional, se convierte en una cuestión de ‘especialistas’. Pocos han sido, por tanto, quienes han investigado este tema con rigor y sin prejuicios. Entre ellos, sin duda, está el grupo pionero de profesores de distintas universidades suizas que, aglomerados en torno a un proyecto titánico —la Enciclopedia crítica para la restauración y la reutilización de la arquitectura del siglo XX—, llevan varios años organizando seminarios y congresos sobre este tema, a los que invitan a arquitectos de todo Europa con el fin de intercambiar información y pareceres.
Los dos libros aquí reseñados pertenecen a la citada Enciclopedia, y son el fruto impreso de dos de estos congresos, celebrados en Mendrisio y Lausana dentro de una línea de investigación que dirige el profesor Franz Graf y que está dedicada a la historia material de la arquitectura moderna. El primero de ellos, Glass in the 20th Century Architecture: Preservation and Restoration, agavilla 21 ensayos diversos, organizándolos en dos partes: una referida a la historia del vidrio como material de construcción, y otra que da cuenta de una serie de estudios de casos de restauración y rehabilitación de edificios modernos en los que el vidrio tiene un papel protagonista, como la Iglesia de Mater Misericordiae, de Mangiarotti y Morassutti, o la Torre Pirelli en Milán, de Ponti.
El segundo libro, Understanding and Conserving Industrialised and Prefabricated Architecture sigue un formato semejante: a una parte histórica ilustrada con pertinentes ensayos históricos dedicados, entre otros, a Fuller, Prouvé, Wachsmann o a la producción de viviendas en masa de las décadas de 1950 y 1960, le sigue la correspondiente a los ejemplos prácticos de intervención, casi todos ellos en el patrimonio residencial.
Ambos textos, a los que seguirán en breve otros volúmenes del mismo sesgo, son quizá la primera piedra de esa disciplina, aún por construir, que un día nos permitirá repensar nuestras ciudades desde la —tan necesaria ya— perspectiva de la reutilización.