La editorial Gustavo Gili lanza una nueva colección de clásicos de la arquitectura, y sus primeros seis volúmenes coinciden en las librerías con las cuatro últimas entregas de la ‘Colección de Arquitectura’ del Colegio de Aparejadores y la librería Yerba de Murcia. Son dos series complementarias, ambas dedicadas a la teoría y crítica de la arquitectura, pero con muy diferentes enfoques y resultados: la de Gili reimprime sin modificación algunos libros de arquitectos contemporáneos que han llegado a convertirse en míticos; la de Murcia, dirigida por Jarauta, Albaladejo y Torres Nadal, prosigue su edición exquisita de clásicos de la vanguardia, que supera ya las tres docenas de volúmenes.
Los llamados ‘GG Reprints’ hacen honor a su nombre anglosajón, ya que provienen en su mayoría de libros publicados originalmente por la norteamericana MIT Press, y traducidos al castellano por la editorial barcelonesa entre 1970 y 1984. La mera mención de sus autores (Rossi, Venturi, Colin Rowe...) no será suficiente para atraer la atención del público joven, al que la editorial dice dirigirse; pero sin duda encontrará un eco favorable entre muchos de sus profesores, que tendrán la ocasión de recuperar el contacto con los ídolos de su juventud.
Entre estos libros reimpresos se cuentan obras tan luminosas como Los ideales de la arquitectura moderna, de Peter Collins, que continúa siendo una lectura imprescindible; o tan emocionantes como la Autobiografía científica de Aldo Rossi, quizá el texto más imperecedero que dejó el recientemente desaparecido maestro italiano. Otros que se siguen leyendo con interés, como Aprendiendo de Las Vegas, de Venturi, Izenour y Scott Brown, o Ciudad collage, de Rowe y Koetter, dos textos clave de la revisión pop y liberal del fundamentalismo moderno. Y, por último, algunos que, pese a su indudable interés, han soportado peor el paso de los años, como La imagen de la ciudad, de Kevin Lynch, e Intenciones en arquitectura, de Christian Norberg-Schulz.
Aunque esta colección animará a muchos a leer obras que sólo conocían por el título, hay que reprochar a Gili la comodidad comercial de la simple reproducción de sus primeras ediciones «sin cambios, añadidos o actualizaciones», una actitud que ha dejado pasar tanto la oportunidad de corregir las erratas e imprecisiones originales, como la de añadir unos textos contemporáneos que situaran estas obras en sus respectivos contextos.
En contraste, los volúmenes publicados por el colegio y la librería murcianos se esfuerzan por acercamos a los textos críticos del arte y la arquitectura del siglo con una minuciosidad y un rigor que sólo puede provenir de la pasión intelectual y el amor por los libros. Es una delicia leer al azar los textos de Heinrich Tessenow en Trabajo artesanal y pequeña ciudad, de Paul Scheerbart en La arquitectura de cristal, o de Hermann Bahr en Expresionismo; y es estimulante tener la ocasión de conocer los Escritos y conversaciones de un artista tan intenso y enigmático como Pablo Palazuelo. La ‘Colección de Arquilectura’ continúa manteniendo el exigente nivel que se fijó cuando inauguró la serie con Mies van der Rohe, Von Hofmannsthal y Terragni. Para inmensas minorías.