En la familia de arquitectos que con serena modernidad conformó la identidad del recién creado Estado de Israel hubo un enfant terrible, Zvi Hecker, un judío de Cracovia que exploró en cambio la dimensión más pregnante de la disciplina, en una larga andadura que se inició a finales de los cincuenta y no cesó hasta su muerte a los 92 años el 24 de septiembre. Aunque en las últimas décadas residió en Alemania y manejó un lenguaje más bien deconstructivista, con la berlinesa escuela Heinz-Galinski o el Centro Judío de Duisburgo, dejó sus mejores obras en el que antes había sido su país de adopción: edificios brutalistas de geometrías poliédricas inspiradas en las formaciones cristalinas, como el ayuntamiento de Bat Yam, la sinagoga del Néguev o las viviendas Ramot Polin de Jerusalén.
Moderne Regional: Der Architekt Zvi Hecker ist gestorben