Ma Yansong es un arquitecto atípico por dos razones. La primera de ellas es su procedencia china, que hace de él una rara avis en el circuito de los arquitectos internacionales. La segunda es su juventud. No haber cumplido los cuarenta y contar con una trayectoria tan exitosa, coronada por la construcción de dos rascacielos, las Absolute Towers en Toronto, es un hito muy poco habitual. La exposición ‘Ma Yansong. Entre la modernidad (global) y la tradición (local)’, promovida por la Fundación ICO y la Casa Asia, y comisariada por Menene Gras, ha sido la primera en mostrar su trabajo en España, a través de una multitud de maquetas de materialidad variada. De ella deriva este amplio catálogo que recorre la corta y muy fértil carrera del arquitecto chino, ofreciendo una aproximación a sus proyectos prolija en imágenes, aunque parca en planos.
Ma Yansong completó sus estudios en EE UU, donde también trabajó para Peter Eisenman. No obstante, las influencias de la arquitectura occidental en su trabajo, su empeño es construir desde una perspectiva china, poniendo especial énfasis en la emoción y en la integración de las obras en su entorno. Respecto de la primera, la aversión del arquitecto respecto de las imposiciones económicas y urbanísticas se plasma en un discurso que prima las sensaciones de los usuarios frente a criterios más pragmáticos. Por otro lado, el concepto de ‘ciudad paisaje’ que promueve se basa en la concepción de la arquitectura como paisaje, influida sin duda por la tradición del jardín chino. En ocasiones fructifica en obras de indudable lirismo, como la casa en Honghuo que se posa en un lago o el complejo de la Montaña Huangshan que extiende la topografía, pero a veces produce edificios cuya mímesis de elementos naturales es un tanto forzada, como queda patente en el edificio Fake Hills de Beihai. Sin embargo, el vigor y la ambición de sus propuestas hace de él un arquitecto a tener muy presente.