Los núcleos rurales en ruinas despiertan el interés del demandante nacional, a pesar de que los precios suben entre un 5% y un 10% cada año. Aunque el 70% de los compradores son extranjeros, especialmente ingleses, belgas y franceses, el nacional cada vez compra más. "Si hace unos años los españoles no eran ni el 1% , ahora ya son el 30%", dice Elvira Fafian, fundadora de la empresa Aldeas Abandonadas.
Lejos del asfalto, de los tubos de escape y de los rascacielos hay otra vida que evidencian los más de 3.000 pueblos y aldeas abandonadas que existen en España, sobre todo en Galicia, Castilla y León, Aragón y Asturias. Muchos no se pueden vender porque carecen de la documentación básica, pero centenares de ellos buscan una segunda oportunidad, un nuevo propietario que encienda, una vez más, las chimeneas y patee por sus calles...