La tarea editorial emprendida en 1993 por Phaidon con la colaboración del arquitecto y crítico británico Peter Buchanan con el objeto de recoger la obra completa de Renzo Piano y su Building Workshop (RPBW) llega a su quinta entrega. El volumen comienza con un largo capítulo introductorio, ‘Construyendo la ciudad postindustrial’, en el que el autor sitúa la producción reciente de Piano en su contexto histórico-cultural, y sigue con una selección de obras ordenadas por parejas, minuciosamente analizadas. En este volumen se añade una comparación crítica entre dos museos en Texas, el Nasher Sculpture Center de Piano en Dallas y el mítico Museo Kimbell de Louis Kahn en Fort Worth.
Las dos primeras obras mostradas —las torres Aurora Place en Sidney y KPN en Rotterdam— aparecieron como proyectos en el volumen anterior, lo que anticipa parte del contenido del potencial sexto tomo y explica la ausencia como realización de un edificio fundamental, el rascacielos para The New York Times, inaugurado en 2008 y en obras en el momento de la redacción del libro. El proyecto para el NYT hace pareja con otra torre monumental aún no construida, el Shard de Londres, que con sus 306 metros será el techo de Europa y de la que se muestran maquetas generales y de detalle, infografías y las habituales secciones ‘habitadas’, es decir, llenas de gente dibujada mostrando el edificio en virtual funcionamiento. La sede de la discográfica EMI en París, y la redacción del principal diario económico italiano, Il Sole 24 Ore de Milán, ofrecen dos ejemplos de intervención en antiguas áreas industriales, resueltos con elementos ya probados por el estudio: patios ajardinados y paneles cerámicos en EMI, áreas enterradas y toldos de lamas de aluminio en Il Sole. El Parco della Musica en Roma y el Auditorio Niccolò Paganini en Parma componen la pareja central y el primero merece más páginas que ninguna otra obra de las mostradas, por su tamaño y ambición: tres salas de conciertos de apariencia coleóptera, formando un conjunto al aire libre a la vez complejo y ordenado, del que Buchanan destaca su lograda ‘romanidad’. El siguiente par son dos museos en Estados Unidos, el Nasher de Dallas y la ampliación del High Museum de Atlanta. En ambos, el aspecto más trabajado es la iluminación natural mediante dispositivos de captación de luz reflejada distribuidos por toda la cubierta, que nos devuelven al Piano inventor de elementos constructivos (los lucernarios con visera del High), capaces por sí solos de resumir todo un edificio. La necesidad de resistir movimientos sísmicos une a las dos obras siguientes, por lo demás totalmente dispares en programa y localización: la vastísima iglesia de peregrinación del Padre Pío en San Giovanni Rotondo, a base de arcos de piedra armada, y el flagship store de Hermès en Tokio, un fanal de bloques de pavés. Finalmente se muestran los avances de dos proyectos urbanísticos que llevan sobre la mesa desde mediados de los ochenta y retratan la fe de Piano en el largo plazo: la transformación de la fábrica Lingotto en Turín y la remodelación del área portuaria de Génova. La travesía de este artesano navegante aún puede deparar sorpresas.