Como Saarinen, como Pei, Paul Rudolph perteneció a esa segunda hornada de arquitectos modernos que definió la imagen de Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XX. Pero frente a la sensualidad orgánica del finlandés de cuna o la lucidez geométrica del sinoamericano, el que luego sería decano en Yale dio rienda suelta a una intrincada poesía en hormigón que el Museo Metropolitano de Nueva York celebra hasta el 16 de marzo de 2025, con una gran retrospectiva que sigue la evolución desde sus primeros encargos al estilo Sarasota Modern hasta sus grandes edificios brutalistas y sus influyentes fantasías urbanas.