El prejuicio asocia la arquitectura de las instituciones educativas privadas del mundo anglosajón a vetustos pero decorosos edificios góticos o neogóticos, con muros cubiertos de hiedra, vidrieras de colores y boiseries dignas del Hogwarts de Harry Potter. Por ello, merecen reseña proyectos de resignificación icónica tan singulares como el del británico Brighton College, impulsado por su director Richard Cairns, y que ha supuesto la construcción de un conjunto de edificios que están poniendo al día el campus proyectado originalmente por el arquitecto victoriano George Gilbert Scott. Fruto de este empeño de renovación es la Escuela de Deporte y Ciencias diseñada por OMA / Ellen van Loon, un edificio de 55 millones de libras, apaisado y contenido pero cuya transparencia orea la institución al tiempo que abre los interiores a las espléndidas vistas hacia el campus.