Kengo Kuma defiende la necesidad de repensar la relación del ser humano con el espacio y su entorno tras la pandemia.
Kengo Kuma (Yokohama, Japón, 67 años) destinó buena parte de las apenas 48 horas que pasó en Sevilla a estudiar a fondo su catedral. El arquitecto japonés estuvo la semana pasada en la capital andaluza para presentar su proyecto llamado Cubo de la antigua Fábrica de Tabacos —un diseño que forma parte de un ambicioso complejo turístico y de innovación impulsado por el grupo KKH—, que contempla un hotel de lujo, una pasarela junto al Guadalquivir y zonas urbanas y verdes a cargo de otros arquitectos como Carlos Ferrater o el ingeniero galo Michel Virlogeux. En él, Kuma va a mantenerse fiel a la filosofía que ha seguido desde el principio de su carrera: apostar por los materiales autóctonos y por los artesanos locales para dar protagonismo al entorno, más que al edificio en sí mismo, y “hacer desaparecer” la arquitectura en el paisaje. De ahí su interés por los azulejos, la superposición de estilos o los juegos de luces y sombras característicos de la arquitectura islámica. “Son elementos ocultos que quiero incorporar al proyecto”, sostiene Kuma...