El músico y activista británico Brian Eno reflexiona sobre la emergencia de los certificados digitales, los cuales considera un vehículo para lavar dinero negro en los que no encuentra ningún poder transformador.
Brian Eno es uno de los artistas actuales más consumados. Además de habernos regalado el género del ambient, ha participado en algunos de los proyectos musicales más relevantes de los últimos 40 años. Es famoso por sus obras sonoras, de vídeo y de arte digital, entre ellas 77 Million Paintings, que, con su espíritu generativo de abundancia, es quizá lo opuesto de lo que representan los NFT [non-fungible tokens, en inglés, certificados digitales que otorgan valor a un archivo digital]. Eno orinó en una ocasión en el famoso urinario de Duchamp, molesto por la interpretación equivocada que el mundo de las galerías hacía de su filosofía artística. Como le conozco desde hace tiempo —compartimos interés por la cibernética y por la obra de Stafford Beer—, me dirigí a él para preguntarle su opinión sobre los NFT y sobre las repercusiones políticas de la criptoeconomía...