Para Eduardo Arroyo la vida es viaje, y el estudio que creó en 1989 bajo el nombre de NO.MAD le ha seguido allá donde ha ido: desde Amsterdam hasta Rotterdam, donde trabajó con Rem Koolhaas, y desde París, donde colaboró con Jean Paul Viguier, a Madrid, donde de momento se ha establecido. Tras haber visitado 69 países y habitado 22 casas, este bilbaíno nacido en 1964, está lejos de entender la arquitectura como aquello que ata al hombre a un lugar concreto del mundo. La condición transitoria, mestiza y mutable del alojamiento y, en general, de toda actividad humana ha sido tratada de forma casi obsesiva en proyectos concebidos para lugares tan dispares como Tokio, Bilbao, Sarajevo o Bolzano...
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