Pabellón de España

El Pabellón de España, comisariado por Iñaqui Carnicero y Carlos Quintáns, fue galardonado con el León de Oro de la Bienal de Venecia a las exposiciones nacionales. Con gran economía de medios, Carnicero y Quintáns no sólo lograron reforzar el tema general de la Bienal de Aravena (con su hincapié en los proyectos modestos, su defensa de la dimensión social del arquitecto y su atención al mundo latinoamericano), sino que consiguieron que calara internacionalmente un mensaje positivo sobre España: el hecho de que, más allá de la contrición por la burbuja inmobiliaria, los arquitectos han sabido adaptarse a la escala de pequeñas obras de rehabilitación o consolidación, sin renunciar a la calidad que antaño parecían merecer sólo los grandes edificios públicos. Esta conclusión en buena medida cierta y optimista fue lo que se dedujo de contemplar la muestra española, una instalación sobria y atractiva en la que, a través de fotos y axonometrías, se recogieron de una manera sintética pero muy intutiva cincuenta obras de presupuesto reducido y vocación evolutiva, clasificadas en nueve categorías con las que se radiografió el panorama de la arquitectura española a la luz de conceptos como la consolidación, el reúso o la reapropiación.