"El misterio de las Pinturas negras nunca se agotará”, dice el historiador del arte Carlos Foradada (Huesca, 59 años). Sus nuevos descubrimientos sobre las obras más herméticas de Francisco de Goya (y sin las que parece imposible comprender mucho del arte del siglo XX) no son un punto final al enigma del que se cumplen ahora dos siglos.
Esta nueva interpretación de la producción que el pintor llevó a las paredes del comedor y el salón de su residencia, a las orillas del río Manzanares, rompe con la versión tradicional defendida por Valeriano Bozal, que las define como la obra melancólica de un viejo artista que ve el tiempo pasar y la muerte acercarse. “En realidad, es un relato político sobre la tensión entre la monarquía absolutista y los liberales reformistas, que apoyan la Constitución”, explica Foradada...