La rehabilitación del parque de viviendas construidas durante el desarrollismo de las décadas de 1950 y 1960 es uno de los grandes problemas a los que tienen que hacer frente las ciudades europeas. Un problema que, encarado con sentido común y talento, puede dar pie a intervenciones no sólo necesarias, sino también interesantes. Es el caso de la transformación de 530 viviendas sociales en Burdeos acometida por Lacaton & Vassal, Frédéric Druot y Christophe Hutin (véase Arquitectura Viva 202), que ha permitido dar con una solución eficaz en lo energético, generosa en lo funcional y decorosa en lo urbano. Así lo ha reconocido el jurado del premio bienal Mies van der Rohe, presidido por Dorte Mandrup, que ha preferido la opción francesa a las otras cuatro propuestas finalistas, entre ellas el Palacio de Congresos de Plasencia, de Selgascano.