Niño prodigio de la arquitectura durante la década de 1980, Jean Nouvel (Fumel, 1945) supo dar el salto internacional para incorporarse a la nómina de los arquitectos estrella. Fue un salto ligado a la creación de Ateliers Jean Nouvel, una oficina con 150 empleados y sedes en París, Barcelona, Ginebra y Roma, que hizo posible que el lenguaje del arquitecto francés —manierista en tantas ocasiones y siempre sofisticado— haya encontrado acomodo en todas las geografías de la globalización, tal y como demuestran las obras presentadas en estas páginas: el Museo Nacional de Qatar en Doha, la Oficina Europea de Patentes en La Haya, y la Fundación Alda Fendi en Roma.