Reabrir la primera historiografía de la arquitectura, ¿para qué? Cada nuevo estudio de las historias debe entenderse como continuación de los anteriores, y así ocurre en el caso de este libro. Tras el recorrido ‘estructuralista’ por La historiografía de la arquitectura moderna que Panayotis Tournikiotis presentó en 1999, otros autores han profundizado en el tema, como Anthony Vidler en sus Historias del presente inmediato (véase Arquitectura Viva 141). Gevork Hartoonian continúa el camino y desentraña la ‘vida mental’ de tres historiadores canónicos: Nikolaus Pevsner, Henry-Russell Hitchcock y Sigfried Giedion.
Hartoonian investiga la naturaleza particular de esa primera historiografía con dos objetivos: el primero, subrayar las conexiones y las diferencias de la historia de la arquitectura con la tradición de la historia del arte —en la que se formaron los protagonistas del estudio—; y el segundo, buscar las características específicas para el análisis de sus obras, propias de un «tiempo histórico formativo para el entendimiento del proyecto de la modernidad». Para ello, Hartoonian presenta un discurso muy completo en el que se entrelazan las reflexiones en torno a figuras de la tradición de la historia del arte como Heinrich Wölfflin o Alois Riegl con otras propias de la teoría de aquellos años, representada por Walter Benjamin y Erwin Panofsky, y con el propio contenido de sus obras canónicas: Pioneros, La arquitectura moderna y Espacio, tiempo y arquitectura.
En ocasiones, no parece quedar claro si Hartoonian se refiere a estos tres libros o bien al conjunto de las obras de los autores. A pesar de ello, su interesante reflexión en torno a conceptos como el historicismo, el organicismo, la periodización y la autonomía no sólo describe la ‘vida mental’ de los protagonistas, sino que pretende sentar las bases del debate sobre lo que debe ser la historiografía del siglo XXI.