Tirana existe o, al menos, existe para los concursos de arquitectura. Así lo demuestra el internacional que acaba de ganar Nicholas Grimshaw, y cuyo objeto es la ampliación y la renovación de un gran bulevar construido en 1930 y situado en pleno corazón de Tirana. El proyecto del británico propone revitalizar el centro urbano, sacando el máximo partido del benigno clima local, y beneficiándose del paisaje y de los dos ríos que atraviesan la ciudad con el objetivo de potenciar la vida cívica y las actividades al aire libre. Organizado a través de una secuencia de plazas públicas que albergan diferentes programas culturales y comerciales, el plan permitirá reorganizar las redes de transporte, además de aportar una infraestructura a los barrios periféricos para hacer posible su crecimiento sostenible.