Arte y cultura 

Graves por Eisenman

Homenaje a un héroe americano

Peter Eisenman 
30/04/2015


Michael Graves fue un héroe.

Hoy en día, en una época en la que se denigra abierta y burlonamente a los arquitectos estrella, que uno merezca este apelativo, ‘héroe’, es como recibir una medalla al valor. Todas las disciplinas necesitan héroes. Cuando fui estudiante, necesité héroes de los que aprender; hoy los necesitan mis estudiantes. A menudo, los héroes son figuras solitarias que desafían las convenciones. Basta con pensar en Wright, en Kahn… o en Michael.

Michael comenzó su vida de arquitecto como un moderno; primero en Cincinnati, después en Harvard, donde lo conocí por primera vez en 1959. A continuación estuvo en la Academia Americana en Roma, antes de recalar en Princeton, donde volví a encontrármelo en 1963. En ese momento, Michael era el más blanco de los llamados arquitectos ‘blancos’ (es decir, modernos). Incluso le hizo derramar lágrimas a la que entonces era mi mujer cuando le regaló toda la ropa de bebé blanca, sin rastro de esas marcas burguesas con conejos, patos y pollos...

Etiquetas incluidas: