El futuro de las redes
Thames Hub en la Isla de Grain
El salto de escala ha sido una característica de la carrera de Norman Foster y de los caminos diversos que ha seguido la oficina fundada por él. Foster entró en la escena internacional como joven arquitecto al ganar el concurso para la sede del Banco de Hong Kong y Shanghái en Hong Kong, una gran torre en el perfil de la ciudad. Hasta ese momento, el edificio más alto que había construido Foster había sido el innovador pero pequeño espacio de trabajo de cuatro plantas para Willis Faber & Dumas en una ciudad tan modesta como Ipswich.
No es que la modestia de buena parte de los trabajos de la primera etapa de Foster —incluyendo los proyectos realizados con Team 4— implicara falta de ambición respecto a las ideas; es que se trataba sencillamente de edificios pequeños. Con el banco en Hong Kong todo esto cambió, y sería fácil escribir una historia de la oficina de Foster desde el punto de vista del tamaño; una historia en la que continuamente todo se hace cada vez más grande, tanto los proyectos construidos como los que no. La Tokyo Tower, por ejemplo, es una actualización de la Mile-High Tower de Frank Lloyd Wright, una ciudad hermética dentro de un edificio...[+]