David Chipperfield (Londres, 67 años) es un arquitecto capaz de desaparecer. Sus últimas intervenciones en la ciudad patrimonial —la restauración de la Neue Nationalgalerie de Berlín, la ampliación de la Royal Academy de Londres o el Neues Museum berlinés― demuestran un pulso callado, sin afán de protagonismo, rara avis en el oficio. Respeto por los grandes monumentos, basado en el principio de la mínima intervención, que traslada a la herencia natural y ecológica, en cuya defensa ha constituido la Fundación RIA (Rede de Innovación Arousa). Desde esa atalaya vigila el desarrollo sostenible de las rías atlánticas gallegas que cercan Corrubedo, localidad coruñesa de 700 habitantes en la que empezó a veranear hace casi dos décadas...
El País. David Chipperfield: “Siempre he sido un visitante”