El primero de mayo ha fallecido en Barcelona, la ciudad donde nació en 1948, el arquitecto, historiador, crítico y editor Carlos Martí Aris, un gran referente intelectual de la profesión en nuestro país y miembro destacado de la brillante generación de teóricos catalanes de la que también formaron parte Ignasi de Solà-Morales, Josep Quetglas y Félix de Azúa, entre otros.
Arquitecto en 1972 y Doctor en 1988 por la Universidad Politécnica de Cataluña, Martí fue profesor de Proyectos Arquitectónicos en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, donde ejerció un magisterio ejemplar que fue reconocido con la concesión, por parte de su alma máter, del Magister Honoris Causa en 2014.
La intensa dedicación docente de Martí se enriqueció, desde el principio, con su trabajo como crítico e historiador. En 1972 fue miembro fundador de 2C Construcción de la ciudad, una revista cooperativa y renovadora de la que fue subdirector a lo largo de toda su singladura, y que supo dar voz a las voces más relevantes del panorama de la época, especialmente a Aldo Rossi. 2C fue el catalizador de la intensa relación intelectual y personal que el profesor Martí mantuvo con Italia, que le acercó, desde el primer momento, a ese compromiso con la historia y la ciudad que fue tan característico de la Tendenza, y que se tradujo en sus estancias de investigación y docencia de Martí en el Politecnico di Milani y en la excelente acogida que tuvieron siempre sus escritos en Italia.
Fue, precisamente, uno de los referentes de la arquitectura italiana, Giorgio Grassi, quien dirigió la tesis doctoral que Martí defendió en Barcelona en 1988 y que fue el germen del libro más importante del arquitecto e historiador catalán, Las variaciones de la identidad. Ensayo sobre el tipo en arquitectura, un libro que salió a la luz por primera vez en Milán en 1990 bajo el título Le variazioni dell’identità. Il tipo di architettura, y que después tuvo dos ediciones en castellano, la última de las cuales, publicada por la Fundación Arquia, se agotó rápidamente. Se trata de un libro singular en el panorama europeo de aquellos años, por cuanto, incardinándose en la línea que va de Durand a Rossi, propone una noción de tipo mucho más abierta y adaptativa, capaz de dar cuenta de las necesidades del proyecto arquitectónico. Como escribía el propio Martí en el prólogo de la última edición del libro: “El objeto de este trabajo es contribuir a una teoría del proyecto arquitectónico en que la idea de tipo no se conciba como un mecanismo reproductor sino como una estructura de la forma capaz de múltiples desarrollos.” Las variaciones de la identidad sugiere bien el tipo de teoría que interesaba a Martí —un pensamiento ligado a la práctica?—, y este punto de vista explica que, a lo largo de sus cincuenta años de su carrera, el arquitecto catalán no abandonara nunca la práctica profesional, labor que llevó a cabo junto a Antonio Armesto.
A Las variaciones de la identidad siguieron otras publicaciones, como Las formas de la residencia en la ciudad moderna (1991), Silencios elocuentes (1999) o Cabos sueltos (2012), todas ellas definidas por su sensibilidad crítica ante las dimensiones urbanas, compositivas y tipológicas de la arquitectura. En todo momento, esta actividad investigadora y crítica se desarrolló en paralelo a una de las pasiones de Martí, la edición de libros de arquitectura, faceta en la que tuvo un papel protagonista en la arquitectura española de los últimos cuarenta años. Desde la ETSAB, impulsó la revista DPA; creó la sección de Arquitectura-Teoría de Ediciones del Serbal —donde aparecieron textos de Adolf Behne o Giorgio Grassi, entre otros—; se hizo cargo de la colección ‘La cimbra y el arco’, donde vieron la luz libros relevantes de Juhani Pallasmaa, Charles Correa o Paulo Mendes da Rocha—; y, finalmente, creó y dirigió la Colección arquia/tesis de la Fundación Arquia, uno de los proyectos más reconocidos y de mayor proyección en el panorama intelectual de nuestro país.
