Arte y cultura 

Caravaggio en la sombra

Antonio Muñoz Molina   /  Fuente:  El País
25/04/2021


Miro las fotos de ese Ecce homo que llevaba siglos a la vez oculto y visible en Madrid y no puedo evitar una punzada de reconocimiento. Me imagino la intriga, la exaltación contenida de esos galeristas de Londres especializados en antiguos maestros que vieron la foto en el catálogo de la subasta, y que inmediatamente volaron a Madrid a ver el cuadro con sus propios ojos: un lienzo maltratado y sin mucho lustre, con ese tizne de mugre y como de sombra de iglesia de tantos cuadros religiosos a los que nadie presta mucha atención. Las atribuciones de autoría son siempre muy complicadas, y Caravaggio parece que lleva varios siglos perdiéndose en la oscuridad o emergiendo de ella, o sufriendo una gran parte de las desgracias posibles que afectan a objetos tan frágiles como las pinturas sobre lienzo: terremotos que derrumban una capilla siciliana en la que estuvo una de sus últimas obras maestras, bombardeos aliados en Berlín, hasta robos organizados por capos de la mafia. Durante más de un siglo, una de sus obras mayores, El beso de Judas, estuvo acumulando polvo y abandono en el comedor de una residencia de ancianos jesuitas en Dublín. La Salomé que ahora está en el Palacio Real de Madrid pudo haber ardido en el incendio del antiguo alcázar en 1734. A esta pálida Salomé penitencial yo la estuve mirando un día durante menos de un minuto, formando parte de una visita en grupo por el palacio, porque no había otra manera de llegar a ella. Tiempo después le conté aquella aventura a Francisco Calvo Serraller, que era tan generoso con su sabiduría de conocedor a la antigua, y él me llevó un día a aquella sala y estuvimos mirando la Salomé y hablando sobre ella durante más de una hora, en una mezcla de contemplación y de charla que no olvidaré nunca...

El País: Caravaggio en la sombra


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