El papa Benedicto XVI ha nombrado al arquitecto e ingeniero español Santiago Calatrava consultor del Consejo Pontificio de la Cultura del Vaticano (Pontificium Consilium de Cultura), organismo surgido del Concilio Vaticano II cuya función primordial es «promover el diálogo con las diversas culturas de nuestro tiempo para que los que cultivan las letras, las artes y las ciencias, sean servidores de los verdadero, lo bueno y lo bello».

Calatrava (Benimamet, 1951), premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1999 y miembro honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, es uno de los ocho expertos internacionales que figuran en los nombramientos de nuevos asesores papales, de los cuales, aparte del propio Calatrava, otros dos son también españoles: Fidel González Fernández, docente en la Universidad Gregoriana de Roma y Francesc Torralba Roselló, profesor de filosofía en la Universidad Ramón Llull de Barcelona.

Los consultores del Consejo Pontificio de Cultura son acreditados especialistas en el campo de la cultura, procedentes de todos lo continentes, entre cuyas funciones, no menores, está también la asistencia a las reuniones del Consejo, donde presentan sus estudios, informaciones y opiniones en forma de ponencias.

Este singular nombramiento para el dicasterio vaticano pone algo de luz en la trayectoria reciente del arquitecto valenciano, oscurecida por su implicación en el ‘caso Palma Arena’.