El secreto está en asegurar un tráfico lento pero constante. La ciudad ha eliminados semáforos y ha quitado carriles, pero no ha llegado el fin del mundo, como vaticinó la oposición.
A veces menos es más. O eso es lo que piensan en el Ayuntamiento de Benidorm sobre el futuro de la movilidad. A menos velocidad, más fluidez. A primera vista parece un contrasentido y cuando el Consistorio decidió limitar la velocidad en su trazado urbano por debajo de lo que marca la Dirección General de Tráfico, que ya rebajó los umbrales en mayo de 2021, muchos se echaron las manos a la cabeza. Pero la capital turística de la Comunidad Valenciana ha sorteado con éxito la gran prueba de fuego: el verano.
Velocidades máximas de 10 kilómetros por hora en arterias como la avenida del Mediterráneo, la principal vía de la ciudad que discurre paralela a la playa de Levante, límites de 20 en accesos como Severo Ochoa o máximas de 30 en todo el núcleo urbano. El plan además contemplaba aceras más anchas, menos carriles y más estrechos...
El Confidencial. A paso de tortuga: Benidorm consigue aliviar el tráfico con límites de 10 km/h