Renzo Piano

Hasta 1998, los arquitectos galardonados con el Pritzker representaban todas las tendencias de la segunda mitad de siglo excepto la ‘alta tecnología’. Al incluir en su nómina a Renzo Piano, el premio más prestigioso reconoce la trayectoria del italiano, pero también una forma de entender y construir la arquitectura. Nacido en Génova en 1937, Piano encontró en la curiosidad técnica y en la pasión artesana de Jean Prouvé el modelo a través del que encauzar una pulsión experimental fruto de la cual son tanto la máquina rotunda y optimista del Centro Pompidou de París, realizada con Richard Rogers, como la nave silenciosa y delicada que alberga en Houston la Colección Menil. Este proyecto tejano lo ha retomado Piano en el elegante Museo Beyeler de Basilea, que es tras el aeropuerto japonés de Kansai la mejor de sus últimas realizaciones, entre las que también pueden citarse las oficinas para Daimler Benz en la Potsdamer Platz de Berlín, que pertenece a una serie de edificios revestidos con material cerámico, y el Centro Canaco en Nueva Caledonia, un monumental conjunto de diez cabañas de madera inspiradas en la construcción tradicional y modernizadas con vidrio, acero y aluminio.