Frente al formalismo exhibicionista y desafiante que nos llega desde Holanda, especialmente por parte de los estudios más jóvenes, Wiel Arets (1955) reivindica una arquitectura invisible, sin diseño ni imaginería decorativa, que libere al espectador de la obligación de reaccionar. Una arquitectura como condensador social que emocione y provoque sensaciones sin dejarse ver. Para ello se remite al concepto decimonónico de Kernform, la forma estructural, que evoca antes que muestra. La austeridad de materiales —hormigón, pavés— y de las geometrías ortogonales busca reflejar Ta esencia de lo esencial’, e intenta evitar la banalización del discurso teórico asumiendo el riesgo de dejar lugar a lo imprevisible: la arquitectura invisible pertenece más bien al mundo perceptivo del observador.
La presente monografía, perteneciente a una serie promovida por el Instituto Holandés de Arquitectura para divulgar la obra reciente de figuras holandesas contemporáneas, recoge sus obras más significativas: viviendas, comisarías de policía, centros educativos y centros médicos, fotografiadas en blanco y negro por Kim Zwarts, y acompañadas por los dibujos del arquitecto.