Oswaldo Arthur Bratke falleció en 1997 sin ver publicado este libro que, sin proponérselo, se ha convertido en un testamento-testimonio de su aportación a la modernidad latinoamericana. Brasileño de Sao Paulo y contemporáneo de los cariocas Niemeyer y Costa, Bratke era tímido y celoso de su obra, pero se reveló generoso a la hora de mostrarla y compartir su saber (los autores contaron con su valiosa colaboración para la realización de este volumen). Enamorado del dibujo y de su profesión, construyó una obra elegante y comprometida con su tiempo y con su entorno: los principios del Movimiento Moderno y la arquitectura vernácula brasileira dan forma a viviendas, barrios, proyectos urbanísticos e incluso a los muebles que proyectó para los asentamientos mineros de Serra do Navio. Asociado en los primeros años con Carlos Botti, realizó más de mil proyectos en 35 años de actividad. Pero la pasión con la que abordaba los procesos del proyecto y la construcción no se tradujo en un apego coleccionista a sus documentos: en 1965, cuando iba a cerrar el estudio, decidió repartirlos entre los antiguos clientes.