El caso del danés Jorn Utzon (1918) es singular desde un punto de vista historiográfico: su retiro voluntario, que abandona en contadas ocasiones, lo ha convertido en una figura definitivamente perteneciente al pasado. Ésta y otras peculiaridades de un personaje secreto y poco prolífico, autor sin embargo de uno de los iconos arquitectónicos del siglo, ha seducido a la arquitecta y crítica francesa Françoise Fromonot —autora a su vez de la monografía sobre otro arquitecto secreto, el australiano Glenn Murcutt—, hasta el punto de llevarla a emprender un complejo trabajo detectivesco sobre la construcción de la Ópera de Sidney (1955-1973), y de adoptar después un tono narrativo, muy adecuado al carácter épico de la aventura, para exponer el resultado de sus pesquisas.
Fromonot ha rastreado todos los archivos del proyecto y la ejecución que quedan en Sidney, ha entrevistado a todos los que estuvieron implicados en la obra y ha rescatado del olvido una magnífica serie de fotos realizadas por Max Dupain para documentar la construcción, presentándolas junto a las maquetas que tan importantes fueron en el proceso y a dibujos hasta ahora no publicados de los muros cortina y del interior de las conchas acústicas. Arropado por las belleza contundente de las imágenes, el relato comprende desde la organización del concurso —una de las primeras grandes convocatorias internacionales que hubo tras la guerra— a la dimisión forzada del arquitecto el 28 de febrero de 1966. La sonora movilización de grandes nombres que se produjo a su favor —desde Kahn a Neutra y Gropius, pasando por Van Eyck, Tange o Doshi— hizo que Utzon recibiera nuevas ofertas para continuar vinculado a la obra, pero no las aceptó. Cerró su estudio y dos meses más tarde, el 28 de abril, dejó Australia para no volver. Bill Wheatland, su ayudante principal, recibiría después una nota donde le pedía que liquidase sus últimos asuntos en Sidney. Era una postal del Yucatán, donde Utzon había escrito: «Estas ruinas son maravillosas, así que ¿por qué enfadarse? Un día, la Ópera será también un montón de ruinas.