Conscientes de que la vida se basa en una continua mutación, a mi modo de ver, el pensamiento sobre la arquitectura, y sobre la vida, ya no trata de asentarse sobre un conjunto de verdades inmutables, fruto de una incansable búsqueda de perfección que ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes.
Nuestra vida como especie se caracteriza por la ininterrumpida conversación que el ser humano establece con el mundo que le rodea; una conversación en la que las personas interrogamos al mundo, a los seres animados y a los seres inanimados, y el mundo, a su vez, nos interroga a nosotros...[+]