«El primer año importante para la teoría fue 1919. En Leningrado, Tatlin diseñó el Monumento a la III Internacional para poner de manifiesto una nueva concepción del ‘monumento revolucionario’. La declaración que redactó, titulada ‘El mundo ante nosotros’, fue de trascendental importancia para las relaciones futuras entre las artes plásticas. Los contrarrelieves ‘sin función’ que hizo como ‘arte’ en los años anteriores a la Revolución eran, según decía, la preparación ‘de laboratorio’ de un nuevo lenguaje formal con el que responder a las exigencias de objetos materiales que planteaba la nueva sociedad. Lo que anteriormente eran la ‘pintura’, la ‘escultura’ y la ‘arquitectura’ formarían parte de un continuo de obras cuyo producto final era funcional. De estos estudios de materiales debía surgir toda una nueva serie de ‘disciplinas’ entendidas como instrumentos para el diseñador, las cuales, en su carácter distintivo, debían ser “tan rigurosas como las disciplinas del Clasicismo”.»

Catherine Cooke, ‘Diversidad profesional y sus orígenes’, AD 93 (1991).[+]