Vladímir Tatlin

Kharkov, 1885-Moscú, 1953

29/02/2000


Las tiras de Polly de Cliff Sterrett son seguramente, con las de Krazy Kat de Herriman, las más ligadas a la vanguardia de los veinte. Parece increíble que la estética de estos dibujantes llegara a ser popular, siendo tan clamorosamente anticipativa. Ese carácter vanguardista con minúsculas era el pretexto para usarlas en la composición de esta viñeta con un compañero difícil, Vladímir Tatlin. Y de Tatlin era difícil no escoger la torre, el Monumento a la Tercera Internacional, que es como su marca de identidad, y uno de los monstruos sagrados de la arquitectura moderna. Es una de esas arquitecturas que nunca existieron, y que han pasado a la historia sin llegar a ser, como la columna de Loos o las fábricas de Sant’Elia. Una foto fija del pasado. O tal vez una premonición; también la Tercera Internacional homenajeada por el Tatlin revolucionario es como una foto de algo que se quedó en el pasado.

La torre aparece como una vez fue en su maqueta, y Tatlin se la muestra a Polly de noche en su oscuro taller. Tal vez por eso le conviene el dibujo en negativo, aprovechando los trucos de Sterrett para sus viñetas nocturnas, que convierten a la maqueta en un zigzag muy déco. Supongo que a Tatlin no le gustaría este juego, pero sin embargo su propio rostro eslavo era como una figura déco en las fotos, sólo que en vez de vestirse a juego, como Rodolfo Valentino, se arreglaba como un marinero, no sé si del acorazado Potemkin. En su época crear una estética de la Revolución era muy importante, y para corroborarlo véase cualquier película de Eisenstein. Con los constructivistas, casi se diría que su revolución era una estética. Como a estas alturas de la película ya sabemos que el director de la historia no era Eisenstein sino Stalin, y que la vanguardia acabó bastante mal porque no le encajaba en el guión, el flirteo entre las dos estéticas, entre Tatlin y Polly, no resultará demasiado incorrecto. Así que Vlady se ha vuelto uno de los pals de la chica americana y le presenta a su criatura, esta hermana comunista de laTorre Eiffel, espiral y torcida, que espanta a Polly. Por su parte, el gato encuentra analogías desmitificadoras... Después de todo, tal vez la torre de Tatlin, como la columna de Loos, están mejor en el papel de lo que estarían en la realidad.


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